Un poco de historia
Entonces, ¿qué es exactamente el SAF?
¿En qué punto del camino estamos?
- Con un enfoque de arriba hacia abajo, por el que el Gobierno exija una cierta cantidad de uso de SAF a las aerolíneas dentro de un periodo de tiempo fijo para reducir las emisiones de CO2e.
- Con un enfoque de abajo hacia arriba, donde los usuarios y otras partes interesadas conozcan los beneficios medioambientales y comerciales del SAF y exijan que se utilice para vuelos comerciales (y más adelante para carga y transporte). Este enfoque ya está ganando terreno, con institutos como el Instituto Brahmal Vasudevan para la Aviación Sostenible del Imperial College de Londres, que ha recibido una donación filantrópica de 25 millones de libras para seguir desarrollando un transporte aéreo limpio, seguro y sostenible.
Una mirada al futuro
¿Qué pueden hacer, mientras tanto, los viajeros y los gestores de viajes para reducir su huella de carbono?
- Sustituir los vuelos por viajes en tren para los trayectos cortos. De hecho, esto se está consagrando por ley en países como Francia, donde se está obligando a usar el tren en viajes de 2,5 horas o menos.
- Si puedes, coge un vuelo directo a tu destino. De media, los vuelos directos pueden reducir las emisiones de carbono en unos 100 kg/persona en comparación con los vuelos que incluyen una escala.
- Intenta reservar un vuelo con el avión de larga distancia más eficiente en términos de combustible. Por ejemplo, los vuelos que se hacen con un Boeing 787-9 son un 60 % más eficientes que los vuelos que se hacen con un A380, que solo recorren 39 kilómetros por cada litro de combustible.
- Piensa en el presupuesto de carbono de manera que integres los topes máximos de tu empresa directamente en tu política de viajes. Si quieres más información sobre el presupuesto global de carbono y sobre cómo alcanzar estos objetivos a través de los viajes, la tienes aquí.